Peña Saleras (1.778)

ASCENSIÓN DESDE VILLA DE SUB

POR LA PEÑA Y EL COLLADO BUSBIGRE

Entre el valle del Río Trubia y el de su afluente el Teverga, se extiende la Sierra de Sobia, como una prolongación al norte del cordal de las Ubiñas. Se trata de un gran lomo de empinadas laderas verdes culminadas por un extenso karst árido, trufado de suaves prominencias entre las que la Peña Saleras es la más alta. El principal atractivo de esta montaña, de modesta elevación entre las que la rodean y características frecuentes en la zona, reside en las fantásticas perspectivas sobre el sector de cordillera que se alza entre las comarcas de Somiedo y Babia.

La ruta consiste en ascender a la Peña Saleras por la ruta más directa, sin afrontar dificultades, desde el sur, para luego regresar por la más accesible, o casi, del Collado Busbigre.

El nevado cordal de Sobia, culminado en Peña Saleras, domina la Villa de Sub visto desde el sur

SITUACIÓN:

  • Zona: Cordales Asturianos (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Del Narcea al Trubia
  • Base de partida: Villa de Sub (Asturias)
ACCESO: La población de Villa de Sub, perteneciente al concejo asturiano de Teverga, está situada en el sur de la provincia, al pie de la vertiente norte de la divisoria cantábrica; concretamente, en el Val de San pedro, que baja del Puerto de la Ventana. Es aconsejable dejar el coche en el aparcamiento que hay a la entrada del caserío. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta allí en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 972 / 1.778
  • Mi tiempo efectivo: 4h47
  • Mi tiempo total: 6h37
  • Dificultades: Muy fácil, en las condiciones del día, con una capa fina (menos de 10 cm) de nieve reciente sobre el piso. Pendientes de nieve de menos de 30º. Un par de escalones en la bajada al Collado Busbigre y varios tramos breves de matorral y pedrera, repartidos por toda. Todo sin dificultad, pero incómodo; más aún con el espolvoreado de nieve fresca.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Dejar Villa de Sub por su parte alta de, de donde parten dos caminos. Tomar el de la izquierda (NO), que asciende en diagonal a través de la ladera hasta el lomo de La Peña. Girar a la derecha (NE) para remontarlo hasta el collado de Peñachana. Pasar a la Vallada de Calmeirín y, procurando perder la mínima altura, dirigirse hacia una collada a la derecha (E) a cuyo través se divisa la cumbre y, de ahí, seguir a la izquierda (NE), hacia la cima siempre visible de Peña Saleras.

Seguir la cuerda a la derecha (S), hacia el cerro Calmeirín y, luego, girando con la misma a la izquierda (NE) al Pico Busbigre. Continuar el cresteo a la derecha (SE) hasta el Collado Busbigre para tomar allí a la derecha (SO) el camino que lo atraviesa. En la zona de La Chamera, cuando el carril deja de bajar, dejarlo por una estrecha y empinada senda a la izquierda (O) que conduce al cruce de la parte alta de Villa de Sub.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ruta muy bonita y variada, con un par de peros. El primero es que, en el acceso al collado de Peñachana, perdí la traza. Y lo mismo de ahí a la cumbre. Es posible que la haya y que estuviera tapada por la nieve. Lo cual no sería grave si el terreno no fuera tan incómodo y la nieve, que siendo más consistente hubiera facilitado las cosas, no estuviera tan blanda que tapaba los cantos y matojos, sin impedir irlos pisando. Por otra parte, esta alternativa a la “normal” permite un recorrido por el karst que merece la pena.

El segundo pero está en la continuación hasta el Collado Busbigre, en vez de bajar desde el collado (1.691) entre el pico del mismo nombre y la cota secundaria (1.708). Esto, si bien permite realizar buena parte de la bajada por un carril muy cómodo y panorámico, es a costa de un descenso bravío, poco agradable. Encontré bandas de matorral muy denso; escalones de tierra y cantos que, sin oponer dificultad, obligaban a tener cuidado, y, entre ellos, pendientes fuertes de hierba que, con su glaseado de nieve, resbalaban lo suyo. Y, aquí, estoy seguro de que no hay traza. No estoy seguro de que fuera buena idea. Pero aquí queda.

RELATO GRÁFICO:

Así de claro estaba el día cuando aparqué a la entrada de Villa de Sub, con el Pico Ferreirúa destacando al otro lado del valle.

Comencé por subir, a través de las callejuelas del pueblo hasta lo alto del mismo, de donde salen dos caminos. Tomé el de la izquierda (NO), pasando a…

… atravesar la ladera, ascendiendo en suave diagonal. Al poco, el carril de cemento acabó y seguí por la derecha (N), tomando…

… una senda que continúa ganando altura.

Al llegar a una amplia vaguada en el paraje de La Cima, la senda, muy borrosa ya, giró para encarar la pendiente.

La nieve que había, escasa e inconsistente, no ayudaba a seguir la traza y, fuera de la misma, el terreno era incómodo.

Atravesé un par de bandas de roca por sendos estrechos, donde el camino se aclaraba e incluso había hitos marcando el paso.

Salí de la vaguada a una ladera abierta, donde la senda volvió a aclararse y giró para ascender más suavemente en diagonal.

Podía haber remontado la pendiente a mi derecha para alcanzar el llano culminante de la sierra. No lo hice, pues pensé que la senda iría buscando una subida más cómoda. No fue así, pero no adelantemos. De momento, iba atravesando la ladera, viendo…

… el valle y el Cordal de la Mesa a mi izquierda.

Si miraba atrás, podía ver cómo iban asomando, poco a poco, las crestas del Macizo de Ubiña, con la peña que le da nombre y los Picos del Fontán a la derecha.

La travesía acabó al dar vista al valle del Teverga; allí, giré a la derecha (NE) para…

… remontar el lomo de La Peña. Si hay algún tipo de traza, fui incapaz de dar con ella. Y la subida, con dos dedos de nieve fresca cubriendo todos esos cantos y…

… matojos, fue incómoda y laboriosa. Aunque sin dificultad. La vista atrás, hacia las vertientes del Cordal de La Mesa era impresionante. Y, en éstas, comenzaron a caer copitos de nieve. Con lo despejado que estaba cuando salí.

Pero, en ausencia de viento y con una temperatura fresca pero no fría, no se estaba mal. Además, a partir de cierta altura, el terreno se hizo algo más regular, facilitando la progresión. Y, también, la contemplación del panorama, sombrío pero bonito, tanto a mi izquierda, hacia las crestas de la parte de Teverga, como al lado contrario, hacia…

… las Ubiñas y el Pico de la Ferreirúa, que enmarcaban el Puerto de la Ventana y el Val de San Pedro.

Así, llegué a la collada (1.623) que se abre junto a Peñachana, donde me reencontré momentáneamente con el camino, que está incluso afirmado con piedras (se ve en la foto) al rodear el par de dolinas que allí hay. Es lo que tienen los puntos de paso obligado; luego, al salir del estrecho, volvería a perderlo enseguida. También, la vista de la cumbre, que llegué a vislumbrar un momento (es el último pico a la derecha del horizonte más lejano). Al otro lado del paso, se abrió…

… ante mí la Vallada de Calmeirín. Girando a la derecha (E), pasé a…

… atravesar la ladera, procurando perder la menor altura. Pero lo incómodo del terreno, acabó por hacerme descender al fondo del barranco para…

… ganar por terreno más cómodo otra collada, al norte de la cota marcada como 1.674 en el mapa, desde la cual…

… se veían así la vallada baja Peñachana y el horizonte occidental.

Por delante, un complejo terreno kárstico, lleno de ondulaciones. Había dejado de ver la Peña Saleras, pero, sabiendo que debía de estar al sureste, me mantuve en esa dirección en lo posible. La nieve cubría los huecos entre guijarros, pero sin sostener mi peso, haciendo la progresión penosa. Al atravesar la collada, vi...

… un tubo que subía a la izquierda, en cuyo fondo había una capa de nieve más regular. Lo remonté, yendo a salir a…

… lo alto de un lomo junto al Pico de Candipuercu, desde donde volví a ver la cumbre. A partir de ahí, fue dirigirme hacia ella.

A mi izquierda, apareció el resto del llano culminante de esta sierra. Mientras tanto, había dejado de nevar y…

… las nubes se retiraban poco a poco. El propio terreno me llevó a subir primero la punta oeste (1.772), desde la cual…

… tenía este panorama mirando atrás, antes de…

… atravesar la ligera depresión que la separa de la cima principal de Peña Saleras. Desde el hito, descubrí al otro lado…

… el hueco del Collado de la Ventana entre el Morro Negro y el Pico de la Ferreirúa a la derecha y, al otro lado, el…

… Macizo de Ubiña, a la izquierda del cual…

… destacaba Peña Rueda. Siguiendo el giro, las nubes cubrían las montañas en el arco oriental hasta… 

… que se abrían al norte, dejando ver una brillante Sierra de Aramo.

Al noroeste, la punta secundario por la que había llegado, tapaba casi toda la perspectiva. Más a la izquierda, sí que…

… llegaba a verse la Peñachana, como referencia de mi ruta. Muy a lo lejos, como enmarcado por las nubes, se veía el Cornón de Peñarubia (centro de la foto). En fin, acaba la vuelta…

… de horizonte en las crestas de Babia, donde, además de los de antes, llegaba a identificar la Calabazosa, Peña Orniz o los Bígaros. Delante, tenía el inicio del regreso, por el ancho lomo que, al sur (derecha al llegar) se proyectaba hacia el Calmeirín.

Aquí, por fin, terreno cómodo, ya que, bajo la capa de nieve reciente, había otra más dura, ideal para caminar. Tras despedirme de la cumbre al paso por el Calmeirín, fui…

… perdiendo altura al otro lado, con las Ubiñas delante. En la cota 1.769, al incrementarse la pendiente, giré a la derecha (SO)…

… para bajar con más comodidad. Recuperé dirección, girando a la izquierda (SE), cuando vi terreno cómodo.

Además, me encontré una huella, que guiaría y facilitaría mis pasos un trecho. Siguiéndola, me dirigí a la arista suroeste del Pico Busbigre, que alcancé en ese collado (1.694) a cuyo través se divisa Peña Rueda. Al final, con nevada y nubes, el día estaba siendo bonito. En fin; llegando a la cuerda, la seguía a la izquierda (NE).

Desde aquí, volvía a ver la cumbre a la izquierda.

Y, mirando atrás, las montañas de Babia, cada vez más soleadas.

Aunque el filo de la arista es agudo, en ningún momento me encontré pasajes expuestos. Al paso por la cota 1.729, pude…

… ver el Collado Busbigre, donde dejaría el cresteo, por delante del Macizo de Ubiña. Al lado contrario, otra…

… perspectiva de la cumbre.

La huella me llevó por el flanco izquierdo de la arista, en un trazado…

… cómodo y poco expuesto, como se ve en esta mirada atrás.

Ya en el Pico Busbigre, mirada final a Peña Saleras, antes de…

… descender por la cuerda que caía a la derecha (SE), hacia una cota intermedia (1.708) y el Collado Busbigre. El terreno hasta aquélla fue muy cómodo.

Hay una bonita perspectiva de la Sierra de Aramo desde…

… la horcada intermedia, donde las huellas que seguía dejaron la cuerda para bajar a la derecha. Debería haberlas seguida, pero, como me había propuesto llegar al Collado Busbigre, seguí por lo alto. Ya llegando a la cota (1.708) antes citada, me encontré una banda de matorral muy denso y sin huecos.

Al otro lado, una bajada más empinada de lo que me había parecido hasta entonces. Además, alternaba matorral y pequeños escalones inestables, todo ello…

… cubierto por nieve inconsistente. Sin haber dificultad técnica, el descenso tuve que tomarlo con precaución y…

… llegó a ponerse delicado, por resbaladizo, en algunos momentos. Pues, en esa fuerte pendiente, cuando faltaba la nieve, lo que había era hierba mojada y barro arcilloso. Así que, por hermosas que fueran las vistas de las Ubiñas, fue un alivio fue llegar al Collado Busbigre para dejar allí la cuerda por la derecha, tomando…

… el camino que lo atraviesa, reconocible pese a la nieve. Al separarme de la divisoria, vi a mi izquierda…

… esta bonita imagen del extremo de la cresta de las Ubiñas, del Ranchón a su final en Campo Faya.

Al perder altitud, la nieve desapareció, mientras descendía bajo las paredes que sostienen el llano cimero. Al otro lado, a…

… mi izquierda, iba descubriéndose la cabecera del Val de San Pedro. Pasada una collada (1.319), …

… atajé una curva de la pista y, poco después, junto a unos carteles…

… la dejé definitivamente por una senda estrecha, empinada y asquerosamente embarrada, por la cual…

… acabé de descender hasta Villa de Sub, donde llegué con el ambiente casi tan soleado como al salir.

Comentarios

  1. Aupa Luiso!

    Preciosa zona de la Asturias más recóndita. Interesante ascensión por si misma y por la maravilla de vistas que ofrece. Las veces que he estado en Teverga siempre me ha llamado la atención este cordal calizo desde Peña Sobia al Saleras. Sus fuertes pendientes, su desnivel, su salvaje belleza. Te hace girar bien el cuello desde abajo. Con nieve le da un plus que seguro disfrutaste mucho.

    Por fin puedo ver una vertiente que desconocía y tenía ganas de observar y que me parece increíble: Los más de 1000 m. de desnivel que separan el Pico Campu Faya de las camperas altas de la aldea de Bueida. 1 km de salvaje vertiente norte. No creo que sea muy frecuentada...
    Se ve bien Peña Rueda y esa última foto de la mesa con las vistas del valle... es para enmarcar. Qué no lo sepa mucha gente, je, je.

    Un abrazo

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  2. Gracias por el comentario Alfredo. Y nada que añadir; el día, pese a los cambios del tiempo, terminó más que positivamente.

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