Cabeza de Hierro Mayor (2.380)

 ASCENSIÓN INVERNAL DESDE EL PUERTO DE COTOS

CANAL DE ENTRECABEZAS

Las Cabezas de Hierro son la culminación de la Cuerda Larga, la más meridional de las alineaciones del conjunto montañoso del Guadarrama. Esta montaña está totalmente enclavada en la provincia de Madrid y separa el Valle del Lozoya de la llanura. Se trata de un ancho cordal redondeado sostenido por laderas altas, pero poco empinadas, que están cubiertas de prado y canchal por encima de los pinares del valle. Dentro de esa tónica suave, la vertiente norte de las Cabezas de Hierro es uno de sus pocos rincones agrestes y, en invierno, se viste de hielo y nieve para delicia de montañeros.

Entrecabezas es el espacio que separa el pico mayor y el menor de esta montaña y, desde allí, cae una canal cortando la vertiente norte. Dicho tubo constituye la vía de acceso al cordal y la cumbre, tras llegar a su base desde Cotos por el Pingarrón y el Arroyo de las Cerradillas. Para el descenso utilicé el tubo de Las Cerradillas, ruta de ascensión que, si no la más fácil, es la más lógica y utilizada por este lado.

Cara norte de las Cabezas de Hierro, vista desde el Puerto de Cotos, con las canales de subida y bajada señaladas

SITUACIÓN:

  • Zona: Cuerda Larga - Sierra de la Morcuera (Sistema Central)
  • Unidad: Cuerda Larga
  • Base de partida: Puerto de Cotos (Madrid)
ACCESO: El Aparcamiento del Puerto de Cotos, que se abre en el cordal principal del Guadarrama entre las provincias de Madrid y Segovia, es el punto de partida de esta ruta. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta allí en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.753 / 2.380
  • Mi tiempo efectivo: 4h06
  • Mi tiempo total: 6h11
  • Dificultades: F+, en las condiciones del día (nieve continua, de calidad diversa, desde el hielo a la sopa, por encima de la cota 1.900). Largo recorrido por nieve con diversas dificultades ligeras; entre las que debo resaltar la Canal Entrecabezas, 300 m de desnivel con pendientes entre los 30 y los 40º, más la bajada por Las Cerradillas, 200 m donde se superan ligeramente los 30º.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde el Puerto de Cotos, tomar la carretera de Valdesquí, dejándola por el desvío a la izquierda (SE) que accede a El Pingarrón. Continuar por la senda que baja a cruzar el Arroyo de las Guarramillas y va atravesando luego la ladera. Cuando se bifurca, seguir por la izquierda (S), a descender al Arroyo de las Cerradillas y cruzarlo. En la orilla derecha, dejar la senda balizada por otra más borrosa que sale recto (E), manteniendo cota a través del pinar. Al dar con el Barranco de Entrecabezas, girar a la derecha (SE) para remontar su curso, primero junto al torrente y luego por el eje de canal, hasta el Collado de Entrecabezas (F+). Seguir brevemente la cuerda a la izquierda (NE) para alcanzar sin dificultad la cumbre de las Cabezas de Hierro.

Volver por la cuerda hasta el Collado de Entrecabezas y descender a la derecha (NO), realizando una travesía diagonal bajo la Cabeza de Hierro Menor hasta el lomo que cae de esta cima al norte. Trasponerlo, entrando en el tubo que baja hasta el fondo de la cuenca de Las Cerradillas (F). Este trazado coincide con la senda balizada ya utilizada a la ida a partir del Pingarrón, así que no hay más que seguirlo para regresar a El Pingarrón y, de ahí, al Puerto de Cotos.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta vía no supera la cara norte de la Cabeza de Hierro Mayor y sus famosos riscos y tubos, pero pasa por delante de la misma. Siendo muy poco más difícil que la normal de Las Cerradillas, es, en mi opinión, una ruta más bonita estéticamente y, combinada con ésta, forma un itinerario invernal fácil, variado y, sobre todo, muy hermoso.

Las condiciones tan diversas de nieve que encontré, provocaron que el tiempo real se prolongara por las muchas veces que hube de parar a ponerme crampones, cambiarlos por raquetas, vuelta a los crampones, ahora sin nada, etc… Con mejores condiciones, hubiera sido la jornada realmente inmejorable. Por otro lado, me encontré totalmente solo al paso por el tubo norte y en la cima; una circunstancia bastante rara por estos parajes.

RELATO GRÁFICO:

Dejé el aparcamiento del Puerto de Cotos con las primeras luces del día, tomando la carretera que va hacia Valdesquí. La mañana, totalmente despejada, no era, sin embargo, fría en absoluto: seis grados marcaba el termómetro del coche. Al cabo de aproximadamente un kilómetro de asfalto entre pinos, me desvié a la izquierda (SE) por una pista cerrada con barrera.

Al momento, me encontré en la pradera de El Pingarrón, claro desde donde apareció la vertiente norte de las Cabezas de Hierro, con la gran Canal de Entrecabezas cortándola diagonalmente. Girando a la derecha (S), dejé el lugar por…

… un camino balizado, desde el que podía ver los cerros de Valdemartín y las Guarramillas sobre la estación de Valdesquí.

Luego, la senda bajó a cruzar el Arroyo de las Guarramillas. En la subida posterior, aparecieron las primeras manchas de nieve, todavía endurecidas tras la noche.

Al doblar el lomo de El Pinar, apareció Peñalara entre las copas de los árboles, a mi izquierda. Delante, …

… Cabeza Mediana, la cresta de la Somosierra y la de Ayllón al fondo. A la derecha, hacia…

… donde gira el camino, se veían la Cabezas de Hierro sobre el Barranco que define la vía de subida.

Al dar con una bifurcación, giré a la izquierda (SE) para bajar a…

… cruzar otro torrente, el de las Cerradillas. Al otro lado, dejé la senda balizada y continué recto (E), siguiendo un trazo más difuso, que me llevó…

… prácticamente en horizontal a través del pinar. Vadeé un arroyuelo y, llegando a la vista del segundo, que era ya el de Entrecabezas, sin llegar a alcanzarlo, giré a la derecha (SE) para…

… encarar la pendiente, que se acabó de cubrir de una nieve más bien dura. De hecho, aunque había huella, me resultó más cómodo ir por fuera de la misma, tras el primer cambio de calzado del día; habría muchos. Al dejar atrás los árboles, me encontré ante la cara norte de la Cabeza de Hierro Mayor. Me dirigí hacia la base del tubo entre los Pulmones, primero por lo alto de un lomo y luego…

… manteniendo cota a través de la ladera para meterme en la Canal de Entrecabezas, que pasa por debajo, subiendo en diagonal de izquierda a derecha. Al llegar al fondo, giré a la derecha (S) para remontarla.

Desde allí, podía ver así Peñalara sobre Cotos, más allá del tajo del barranco.

La pendiente es superior a 30º, pero no mucho, y preferí atacar de frente, en vez de seguir las huellas en zeta que había, pues seguía hundiéndome poco o nada.

Al ganar altura, variaba la perspectiva con que veía el Tubo Norte a mi izquierda. Precisamente, ése es el atractivo principal, o uno de ellos, de esta vía.

Atrás, junto a Peñalara, iba desvelándose algo del Valle del Lozoya.

Ya estaba a media canal cuando salí al sol y el horizonte ante mí se quedó en azul y blanco. A la izquierda, iba dejando…

… los Pulmones por debajo, mientras que, al lado contrario, el …

… panorama era menos espectacular, pero también bonito.

Hacía calor y la nieve se ablandaba con rapidez, pero estaba bien; la capa dura estaba ahora 10 ó 15 cm bajo la superficie. Ideal para una subida cómoda sobre peldaños sólidos. En esta zona del tercio final, la pendiente alcanzó los 40º en los metros finales, cuando

… empezó a asomar, a mi izquierda, la cima de la Cabeza de Hierro Mayor; es el cancho de más a la izquierda.

Al tenderse poco a poco la pendiente, se descubrió ante mí la Cabeza de Hierro Menor, mientras que, a la derecha…

… pude ver, por primera vez en la jornada, la Mujer Muerta.

Atrás, además de Peñalara, se veía un amplio tramo del alto valle del Lozoya.

Salí de la canal a un amplio plano inclinado; Entrecabezas. Allí, vi la primera persona del día; otro montañero que subía desde las Cerradillas, que quedaban a mi derecha, y que estaba a punto de alcanzar el collado entre las Cabezas de Hierro. Yo también me dirigí hacia allá y, al llegar a la cuerda, giré a la izquierda (NE) para…

… seguir la cuerda, ancha y tendida, hacia la cumbre. A la derecha, ahora podía…

… ver la llanura de Madrid, o habría podido con un aire menos turbio. Una pena.

Al llegar al hito cimero, aparecieron a mi derecha…

… las crestas de La Pedriza. Fuera de eso, tampoco en esa parte del arco sur se veía gran cosa. Girando a la izquierda, hacia…

… el este, la propia Cuerda Larga tapaba gran parte del panorama. Al otro lado de la misma, del…

… Valle del Lozoya, sólo se veían las inmediaciones de Rascafría bajo el pico del Nevero y, más a la izquierda, …

… Peñalara majestuosa. También, el Puerto de Cotos, de donde había partido. Siguiendo el giro, viene…

… el hueco de los puertos, a cuyo través apenas se distinguía la meseta norte, y, al otro lado, las…

… crestas de la Mujer Muerta y Siete Picos, antes de reencontrar la Cuerda Larga, donde…

… la cabeza de Hierro menor aparecía flanqueada por la Maliciosa y las Guarramillas. En esa dirección, inicié el retorno, volviendo sobre mis pasos hasta…

… el collado de Entrecabezas, donde giré a la derecha (O), pero desviándome a la izquierda de mi huella para situarme sobre el hombro norte la Cabeza Menor. 

Desde allí, dirigí una mirada de despedida a la cumbre, antes de trasponerlo y…

… meterme en el Tubo de Las Cerradillas. Se trata de un amplio canalón, algo menos empinado que la canal de Entrecabezas, con pendientes que superan los 30º por muy poquito. Por aquí, empecé a encontrar más gente; sobre todo…

… esquiadores por las laderas de Valdemartín, a cuya cima e inmediaciones llegan un par de remontes de la estación.

En la base del tubo, al ceder la pendiente, me encontré la nieve muy blanda. Al hundirme hasta la rodilla, pasé a raquetas, pero…

… por poco tiempo, pues estaba ya cerca del pinar. Antes de entrar, una mirada a mi izquierda, al…

… escondido cóncavo de Las Cortadillas, bajo el Cerro de Valdemartín.

Al entrar en el bosque, la nieve se rarificó en poco espacio y pude distinguir el trazo de la senda balizada que me llevaría de vuelta al Pingarrón. Al principio, ésta es un poco incómoda, pues hube de vadear cuatro o cinco torrentes.

Luego, el trazo es mucho más cómodo. Así llegué a la bifurcación segunda de esa mañana, donde cerré itinerario y sólo me quedó volver por el mismo camino hasta…

… el Puerto de Cotos, tan concurrido como suele en días de nieve. Incluso siendo jueves.

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