Peña Correa (2.067)

ASCENSIÓN DESDE ABELGAS DE LUNA

POR LA CRESTA DESDE EL PICO DE LOS CORRALINES (2.011)

La Sierra de Villabandín forma parte de la Montaña Occidental Leonesa y, encajada entre los ríos Luna y Omañas, es el más oriental de los macizos al sur de este sector de divisoria cantábrica. La Peña Correa no es uno de sus picos principales, pero es una montaña altiva, situada en un entorno muy bonito, culminando una estribación proyectada al este desde el núcleo principal, donde se alza el Alto de la Cañada. Como en tantos de la zona, se trata de un monte en que el gris y el verde se mezclan en las laderas y muestra algún roquedo más potente en las culminaciones. La zona en torno mantiene una intensa actividad ganadera, que ha dado lugar a una red de caminos que facilita las ascensiones, aunque el ataque final a las cimas suele ser campo a través, lo que, por otra parte, no es un gran inconveniente, pues el pasto predomina sobre el matorral.

Tras aproximarse dese Abelgas remontando el Arroyo Guariza, la ruta remonta la arista oriental del Pico Corralines y sigue a Peña Correa por la cresta. Luego, regresa descendiendo el valle del Reguerón, pero a bastante altura por su vertiente meridional, para aprovechar la pista existente y, de paso, visitar la fascinante laguna del Pozo de las Joyas y el gran prado de Campo Hermoso.

Cresta entre el Pico de los Corralines y Peña Correa

SITUACIÓN:

  • Zona: Montaña Leonesa Occidental (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Sierra de Villabandín
  • Base de partida: Abelgas de Luna (León)
ACCESO: La población de Abelgas de Luna, perteneciente al municipio leonés de Sena de Luna, está situada en el norte de la provincia, al pie de la vertiente este de la Sierra de Villabandín y a orillas del Río Pereda, afluente del Luna. En la Calle Real, que pasa junto a la futurista Iglesia de San Pelayo, se aparca bien. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta allí en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.267 / 2.067
  • Mi tiempo efectivo: 5h07
  • Mi tiempo total: 6h21
  • Dificultades: Muy fácil. Trechos sin camino ni marcas, pero cómodos y obvios. Entre los dos picos, recorrido por cresta de mínima dificultad (apenas dos o tres apoyos de manos), pero con algunos pasos escabrosos y aéreo por momentos.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Dejar Abelgas de Luna por la pista que sale al SO, remontando el Río de Pereda y, luego, el Arroyo Guariza, hasta acabar junto al corral de La Vouga. Continuar en la misma dirección NE, ya campo a través, remontando el lomo que cae del Pico de Corralines y, de ahí, seguir por la cresta, a Peña Correa.

Proseguir brevemente el cresteo al sur, hasta el collado inmediato (2.001) y girar a la izquierda (SE), pasando a atravesar la ladera en diagonal descendente. Al pasar una collada (1.984) bajo el Alto de la Collada, tomar a la izquierda (SE) una senda precaria que baja hasta la laguna del Pozo de las Joyas. Bordearla por la orilla norte (izquierda) hasta el desagüe y tomar allí una senda que continua el descenso en diagonal al SE hasta otra collada (1.723), donde desemboca en una pista. Seguirla hasta Campo Hermoso y tomar allí, a la izquierda (N) otra con la que se cruza. Esta última desciende al fondo del Arroyo Guariza, donde se encuentra con el carril del principio, por el que, a la derecha (NE), se regresa a Abelgas de Luna.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Excursión muy fácil y asequible, pero muy bella y no exenta de cierta emoción en la cresta. Transcurre por un valle no muy frecuentado de este rincón donde la cordillera carece de las espectacularidades de otras partes, pero posee una belleza serena, blanca en invierno, verde el resto del año, que merece la pena visitar. El paso por el Pozo de las Joyas, no muy visitado, tampoco hay que perdérselo.

RELATO GRÁFICO:

Dejé Abelgas por el camino que, paralelo al Río de Pereda, sale al suroeste atravesando un paso estrecho. Al salir del mismo abandoné ese carril por un camino a la derecha (SO), el cual…

… desembocó enseguida en otra pista, que tomé a la derecha (E) también, alcanzando un alto. Delante, se abría el valle del Reguerón, con Peña Correa al fondo. La pista me llevó primero a dar un rodeo por la izquierda, bajo…

… la Peña del Castillo, antes de…

… tomar dirección este, hacia la cabecera del valle.

Luego, tras cruzar el cauce por un puentecillo, una mirada atrás. Unas nubes llegaban del oeste, abrazando la Peña del Castillo.

Delante, tenía la mole del pico de los Corralines, bajo la cual, entre el matorral, se distinguía el corral de La Vouga, donde…

… acaba el camino. Continué remontando el lomo que se ve a la izquierda del edificio, ya…

… campo a través, pero por un terreno bastante cómodo y no demasiado empinado. 

A mi izquierda, podía ver el potente tajo que abre el Reguerón bajo la peña Blanca.

Mirando atrás, con la altura, fui ganando perspectiva sobre el valle. De vez en cuando, aparecían trazas remontando el lomo, pero se perdían enseguida o se desviaban a un lado.

A partir de un rellano sobre los 1.600 m de altitud, el lomo se hizo aún más ancho y despejado.

A mi izquierda, en las laderas de Campo Lamoso, podía distinguir el trazo de la pista por la que iba a regresar.

Una dolina en plena cuerda, la rodeé por la derecha, como podía haberlo hecho por el otro lado. El terreno es tan cómodo y uniforme, que no eché de menos una senda.

A la izquierda y atrás, comenzó a aparecer el llano leonés, más allá del boquete de Campo Hermoso.

Al lado contrario, sobre las lomas cercanas, llegaba ya a ver un trocito de cresta de la divisoria cantábrica.

Una mirada abajo, a lo que llevaba subido, antes de…

… alcanzar la base de un crestón rocoso en la cuerda. Me encaramé al mismo, sin apenas tener que usar las manos, y…

… pude disfrutar de este panorama al este, antes de…

… proseguir el ascenso por un terreno rocoso y más agudo, pero prácticamente sin dificultad. Sólo tuve que ir atento a dónde colocaba los pies.

Al llegar a la cima de Los Corralines pude ver, al norte, el Arroyo de Valverde bajo la Peña Mala. Más allá, la divisoria cantábrica. Concretamente, de la parte norte del …

… Macizo de Ubiña, cuyo núcleo principal estaba tapado por las nubes.

Al este, más allá del lomo por el que había llegado, el valle del Reguerón con el pico de La Filera al fondo.

Al sur, bajo el lomo de La Cuerda, las laderas por donde se desarrollaría el descenso, en las que destacaba la laguna del Pozo de las Joyas.

Al oeste, la cumbre no se veía, tapada por la cresta que iba a recorrer a continuación. Primeramente, una cómoda bajada y luego algo de terreno abrupto y rocoso para subir a una cota anónima (2.009), desde la cual…

… se veía así el Pico de los Corralines.

A continuación, nueva bajada y subida a la siguiente prominencia (2.061), también sin nombre, siempre por terreno sin dificultades reseñables, aunque con pasos escabrosos. Pasé sin apenas tener que usar las manos.

Mirada atrás desde la punta 2.061, desde la cual, pude ver ya…

… la cima de Peña Correa, reconocible por un pequeño hito, más allá de otra punta anónima más (2.064).

Mientras avanzaba, podía ver a mi derecha el valle de Valverde y, en el horizonte, las Ubiñas, que se descubrían a veces.

A mi izquierda, el Pozo de las Joyas, más cerca.

En realidad, camino de Peña Correa, hay más cotas de las que aparecen en el mapa, pero todas son pequeñas y ninguna plantea obstáculos de consideración.

Al llegar a Peña Correa, una mirada atrás, a la última parte (cotas 2.604 y 2.061) de la cresta. Más a la izquierda, al…

… norte, el cordal del Penouta, más allá del cual…

… las Ubiñas se descubrieron prácticamente del todo por un momento. Siguiendo el giro, la…

… cabecera de Valverde bajo la cumbre de la sierra, el Alto de la Cañada.

Al suroeste, el Formigones llenaba el panorama, sin llegar a tapar, al fondo, las crestas de la Sierra de Gistreo.

Inicié el descenso siguiendo al sur la cuerda, hacia el collado inmediato, donde la dejé por la izquierda (SE) para rodear el Alto de las Lagunas manteniendo cota por unas terrazas. Desde ellas, una…

… mirada de despedida a Peña Correa.

Enfrente, al otro lado del reguerón, se veía ahora casi toda la cresta del Corralines.

La travesía me llevó hacia la collada (1.984) en que se una al Alto de las Lagunas una modesta prominencia (1.995). Para llegar a ella tuve que atravesar una banda de piornos, breve, pero lo más incómodo de la jornada. Al otro lado, me encontré…

… una senda precaria, a la que me incorporé para bajar al sureste, siguiendo un lomo. Veía a mi derecha el cordal llamado…

… La Cuerda, al otro lado de una vaguada.

El descenso acabó junto al Pozo de las Joyas, que…

… rodeé por el norte (izquierda) hasta su desagüe.

Allí, me despedí de este encantador paraje y…

… tomé una senda que desciende en diagonal al sureste, hacia la Collada del Monte, donde desemboca en una pista.

Mientras bajaba, veía así, al otro lado del reguerón, el Pico de los Corralines y la cresta a Peña Correa.

En la collada, tomé la pista a la derecha (SE), pasando a atravesar la ladera sobre el reguerón. Al fondo, entre las montañas, destacaban rocosas…

… las Peñas de Arbás.

La travesía me llevó al Campo Hermoso, todo verde bajo el pico de La Viesca.

Llegando a la gran pradera, dejé la pista por la izquierda (E) para atajar hacia otra que, tomada a la misma mano (N), me llevó a…

… atravesar el estrecho Collado del Remansadero, al otro lado del cual…

… se abría la perspectiva sobre el valle del Reguerón, dominado por el Corralines.

El camino giró enseguida al noreste para descender en diagonal la ladera hacia el tajo que denuncia la posición de Abelgas. Por cierto, que ese pico del fondo es el Cirbanal.

Llegando al fondo del valle, la pista desemboca en otra. Atajé para ahorrar unos metros y la tomé a la derecha (NE), pasando a…

… deshacer el camino de la ida que me llevó por…

… el estrecho del Río Pereda de vuelta a Abelgas.

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