Tuc dera Entecada (2.268)

ASCENSIÓN DESDE LA ARTIGA DE LIN

POR EL COL DERA MONJÒIA Y EL MALH ROI (2.162)

El Tuc Dera Entecada es una de tantas cimas aranesas, verdes y suaves, pero altivas. Ésta se alza en el cordal que, proyectado al norte desde la divisoria pirenaica, limita por el oeste el Valle de Arán. Concretamente, al sur del Portillón, dominado la confluencia del Val de l’Artiga de Lin y el Río Garona. Montaña típica de la zona, sus laderas, aunque muy empinadas, están cubiertas de bosque y prados hasta la culminación y la roca sólo aflora muy ocasionalmente y de manera modesta. En un terreno tan cómodo, además, abundan sendas y caminos, consecuencia de una intensa actividad ganadera.

La ruta comienza encaramándose al cordal por el camino más accesible y, luego, lo recorre hasta la cumbre, regresando por la misma ruta, con la salvedad de flanquear a la vuelta el Malh Roi.

El Malh Roi y el Tuc Dera Entecada, llegando por el cordal desde el sur

SITUACIÓN:

  • Zona: Valle de Arán (Pirineos)
  • Unidad: Artiga de Lin - Bacanera
  • Base de partida: Es Bòrdes (Lérida)
ACCESO: La población leridana de Es Bòrdes está situada en el noroeste de la provincia, en la parte occidental del Valle de Arán; concretamente, sobre la desembocadura del Valle de la Artiga de Lin en el del Río Garona. La ruta parte del Parking Ermita Dera Mare de Diu dera Artiga de Lin, situado 5,5 km al sur del núcleo urbano. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta allí en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.215 / 2.268
  • Mi tiempo efectivo: 5h41
  • Mi tiempo total: 7h14
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos o terreno cómodo.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: A partir de la Ermita dera Mair de Diu dera Artiga de Lin, seguir un poco más arriba (S) por la carreta del valle, pasando el Barranc d’Aubèrt, para tomar la senda que, a la derecha (O), se interna en el bosque y remonta la ladera hasta el Coth dera Monjòia. Girar a la derecha (E), por una senda que sigue la cuerda evitando las prominencias. En el siguiente collado (2.103), donde se bifurca, seguir por el ramal izquierdo (N), que asciende al Malh Roi. A partir de la cima, ya sin senda, seguir el lomo al NO hasta las cercanías del Tuc de Ribassetes y, al disminuir algo la pendiente a la derecha (NE), dejarse caer por la misma, a través del herbazal, hasta dar de nuevo con la senda principal cerca del Coth de Poilanèr. Tomarla a la izquierda (NE) y seguirla hasta la cumbre del Tuc dera Entecada.

Volver por el mismo itinerario, con la salvedad de evitar el paso por el Malh Roi, a la Ermita dera Mair de Diu dera Artiga de Lin.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Caminata muy variada, bonita y panorámica, sin más complicación que la bajada sin senda del Malh Roi. Y, aun esto, es relativo, pues transcurre por terreno despejado y regular, aunque muy empinado. Ciñéndose a la senda balizada, se transforma en una excursión para todos los públicos, con el único condicionantes de su longitud; pues siendo los caminos buenos y no pasando las pendientes de moderadas, están al alcance de cualquiera en mediana buena forma y que sepa tomárselo con calma.

RELATO GRÁFICO:

A partir del aparcamiento de la Ermita dera Mair de Diu dera Artiga de Lin, ya a pie, continué remontando el valle por la carretera. No por mucho rato, pues, según pasé el Barranc d’Aubèrt y la siguiente curva, tomé a la derecha (O)…

… una senda, señalada con un cartel como camino del Coth dera Monjòia, que me internó en el bosque. El camino estaba muy claro y alternaba zonas más empinadas con…

… otras de falso llano.

Salí del bosque a un amplio barranco herboso al fondo del cual se abría el collado donde alcanzaría la cuerda.

Mientras ascendía a través de los prados, podía ver…

… la empinada ladera de la Tuca dera Montjòia a mi derecha y…

… la más suave de la Tuca dera Escaleta a mi izquierda.

Al llegar al Coth dera Monjòia, descubrí, al otro lado, hacia el Luchonnais, un verde paisaje ondulado. También, a la izquierda, un atrevido pináculo de roca. Ya veremos qué es. Aquí, giré a la derecha, pero…

… no para seguir estrictamente la cuerda, sino una senda que flanquea el cordal por el este (derecha).

Al asomarme así a la vertiente de la Artiga de Lin, vi primeramente el cordal que incluye el Tuc des Neres y, sobre el mismo, asomando ligeramente, una llamativa pirámide: el Montardo.

Luego, al girar con la curva del monte, aparecieron las crestas de la barrera norte aranesa, incluyendo el característico Maubèrme.

Y, finalmente, los dos hitos de la jornada: el Malh Roi y la Entecada, con el Cap Piolanet en medio. En el siguiente collado, me…

… volví a asomar al Luchonnais y pude ver que aquel pico rocoso de antes es el remate de la Cresta de la Pique, que baja al norte del pico de la Mina. Aquí, dejé la senda principal por…

… unas trazas más modestas que salen a la izquierda y me llevaron, por el lomo, hasta la cima del Malh Roi.

Desde ese primer pico de la jornada, el panorama al sur era ya impresionante, con parte de las crestas del Macizo de la Maladeta, y aun del Perdiguero a la derecha, asomando sobre la divisoria pirenaica. Girando a la izquierda, los…

… Besiberris y las montañas de Aigües Tortes, más allá del valle de la Artiga de Lin, que…

… acaba en el Garona; sobre la confluencia, la silueta del Maubèrme se hacía notar, pese a la distancia y lo turbio del aire.

Al noreste, esperaba el Tuc dera Entecada. Para dirigirme a él, comencé por seguir la cuerda a la izquierda (NO), ya…

… sin senda visible, un corto trecho. Hasta sobrepasar unos desplomes y, al otro lado de ese lomo que cae a la derecha, girar a ese lado (NE) y…

… dejarme caer por la empinada ladera herbosa. No hay obstáculos y el terreno era razonablemente regular, pero puse cuidado por si los resbalones. Quería llegar caminando, no rodando, al collado. Pasados los primeros metros, más empinados, …

… la pendiente se suavizó un tanto y pude recrearme más a gusto en el paisaje a mi izquierda.

Ya en el Còth de Poilanèr, desde donde la bajada no parece tan pina, me reencontré con la senda y…

Se abrió el panorama hacia el valle de la Artiga de Lin, de donde sube otro barranco. Si no vine por éste, es porque no hay senda, pues parece ser tan transitable como el de Aubèrt. Aquí, me reincorporé al camino marcado, tomándolo a la izquierda (E) para…

… dirigirme por el lomo a la cumbre de la excursión. A poco de empezar a ganar altura, pasé…

… cerca de un estanque, el de Cap deth Plan, que hacía una bonita estampa, como subrayando el Cap de Poilanèr. En contraste con tanta placidez, volviendo la cabeza, …

… el horizonte se llenaba con el espinazo de las Maladetas, incluyendo ya el Aneto. También atraía los ojos, a la izquierda, la grisura desnuda de la Forcanada.

Y, así, fui ganando altura, siguiendo la senda, que evita por la izquierda los tramos accidentados de la cuerda.

Más arriba, sobre otro estanque, llamado dera Érba, por motivos obvios, llegaban a verse algunos picos del Macizo del Perdiguero: Maupas, Lézat y Quayrat.

Y, por fin, llegué a lo alto del Tuc dera Entecada.

Al llegar a la cumbre, pude ver la continuación del cordal a mi izquierda, dominando…

… el valle del Garona. Más a la derecha, destacaba…

…  la desembocadura del valle de Varradòs bajo mole de la Sierra de Arenho y, más o menos, enfrentada a la del… 

… valle de la Artiga de Lin, que podía contemplar hasta su cabecera, rodeado de verdes montañas sobre la que asomaban las crestas pallaresas. También, la Forcanada, en el extremo de…

… la cresta del Macizo de la Maladeta. Con el mismo ante los ojos, inicié el retorno, deshaciendo la ruta de subida, con…

… la salvedad de rodear el Malh Roi por su ladera oriental.

Precisamente, al ir a doblar su lomo oriental, me volví a despedirme del Tuc dera Entecada antes de perderlo de vista.

Así, dejé la cuerda en el Còth de la Montjòia para…

… descender el barranco de Aubèrt, primero por los prados y luego por…

… el bosque, cuya sombra agradecí, pues avanzaba, pues, pasado el mediodía, el calor apretaba ya.

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