Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Caminata de mediana longitud y bastante exigencia, por algunas
pendientes fuertes y la existencia de pasajes sin dificultad, pero aventureros.
Aunque no se visita ninguna cima de gran entidad, el recorrido en conjunto es
panorámico y ameno. Curiosamente, la cima de mayor entidad de la ruta, el Pico
de las Huelgas, es el más bajo de las tres; pero sus ciento y pico metros de
prominencia hacen de este monte un pico mucho más individualizado que los
otros. Lo mismo sucede con el Santuy; que resulta más destacado que el Picaño,
desde donde se le mire, por posición en el conjunto del macizo y prominencia.
La excursión se podría acortar bajando desde el Collado de la
Calahorra, lo que reduciría la duración de la excursión en torno a tres cuartos
de hora (a mi ritmo), pero prescindiendo del Pico de Santuy, cuya visita, estando
ya al pie del mismo creo resulta muy aconsejable.
También, por el contrario, es posible prolongar el recorrido de
la Loma de la Dehesa por terreno cómodo, aunque sin camino, hasta su extremo
oriental en la cota 1.547 del mapa IGN, pero el retorno desde ahí al Puerto de
Bocígano es problemático. Tengo referencias de que un descenso más o menos
directo desde ahí transcurriría por laderas muy empinadas pobladas de matorral
cerrado, poco conveniente, además de que el vadeo del río aguas abajo de donde
lo hicimos no siempre es fácil. Habría una alternativa más cómoda, dejándose
caer al norte el corto espacio que separa esa cima del extremo oriental de la
red de pistas del pinar de Las Canalejas y retroceder a continuación por ellas
hasta la bajada aquí descrita, que se alanza precisamente en la bifurcación
referida en resumen de la ruta; esta alternativa es cómoda, pero larga y no
creo que la prolongación del cresteo aporte más atractivo a la ruta.
RELATO GRÁFICO:
En el
Puerto de Bocígano, comenzamos directamente subiendo un ancho lomo que se
elevaba al norte y que no es sino la Loma del Picaño.
Aunque no
había senda como tal, numerosos rastros de ganado ascendían la pendiente, que,
herbosa y no muy empinada, resultó cómoda. Pronto, pudimos ver a la izquierda
los tres picos del día; de izquierda a derecha, Santuy, Picaño y las Huelgas,
dominando el bosque mixto que puebla el barranco de Las Canalejas.
Al
culminar esa primera cuesta, la cuerda se definió y tendió camino del Pico de
las Huelgas, aunque ya nos encontramos en esta subida alguna banda de matorral,
breve, y algunos cantos que nos hicieron pisar con cuidado, y poco más. A la
derecha, fuimos…
…
descubriendo la desolación que dejó el incendio de hace unas semanas en la Loma
del Rocín, qué distinto el otro lado, con…
… el
colorido del bosque, variado por el otoño, con el fondo de las crestas de la
Sierra del Rincón.
Al
culminar el Pico de las Huelgas, pudimos ver el alto curso del Río Berbellido y
comprobar que, al menos, la vertiente del Cerrón se había salvado. No así la
Cuerda de las Mesas, estribación meridional del Pico del Lobo. Continuamos
bajando por el flanco suroeste (izquierdo) de la cuerda, por un pasillo
herboso, desde el cual, a la izquierda, teníamos…
… esta
bonita perspectiva del Pico de Santuy sobre los bosques.
Esta
parte del cresteo fue algo más incómoda, con el trazo que se perdía
constantemente en el matorral, cantos que obligaban a tener cuidado y pendiente
intensa.
En el
collado, reencontramos la senda del principio del cresteo, que se ve que rodea
el pico. La tomamos y por ella subimos…
… por el
ancho lomo cubierto de matorral bajo, pero bastante cerrado. A la izquierda,
seguíamos alegrándonos los ojos con…
… las
boscosas laderas y crestas, pues, al lado contrario, casi…
… mejor
no mirar. Aunque parece que la Cuerda de la Pinilla se libró. Veremos.
Ganando
altura, podía ver así la cuerda recorrida, incluido el Pico de las Huelgas, con
el Ocejón al fondo. Esta subida…
… no acaba
en la cima del Picaño, sino en el extremo (2.006) de la cresta que proyecta al
sureste, casi horizontal, pero jalonada por modestas puntas rocosas. Las
contornearíamos todas, empezando por la primera, que rodeamos por abajo,
siguiendo la traza (borrosa) y los hitos (pocos), para salir al siguiente
collado, desde donde…
… se veía
así el Santuy, enmarcado por la Peña de la Cabra y las crestas del Guadarrama.
Girando a la izquierda (NO), ya…
… sólo
quedaba recorrer la cuerda casi horizontal, evitando los cantos, para llegar a
la cumbre.
Desde la
cima del Picaño, pudimos apreciar las formas masivas del Cerrón, en primer
término, y, al fondo, que el fuego había respetado relativamente, la cima del
Pico del Lobo, que se veía asomar ligeramente sobre la Cuerda de las Mesas.
Girando a la derecha, podíamos…
… ver la
Loma del Rocín, lo más afectado por el fuego, sobre el tajo del Berbellido, que
seguía…
… hacia
el sur, con el Ocejón al fondo y bajo la cuerda por donde habíamos llegado.
Continuando la vuelta, al otro lado y…
… sobre
el Arroyo de Las Canalejas, la Loma de la Dehesa y el Santuy, tercer pico del
día. Para llegar allí, continuamos…
… el
cresteo hacia el oeste, hacia la punta occidental del Picaño (2.031).
Tras
recorrer este ancho y suave trecho de cuerda, giramos…
… a la
izquierda (SO) para descender por un ancho lomo de hierba y cantos, hacia el
Collado de la Calahorra y el Santuy. A la izquierda, íbamos viendo…
… el
barranco de Las Canalejas entre las crestas del Picaño y el Santuy.
La bajada
acabó en una pista, que tomamos a la izquierda (S) hacia el Collado de la
Calahorra, donde hay una bifurcación. Seguimos por la derecha (S) hasta que…
… el
carril dejó de subir, momento en que lo dejamos por la derecha (SO) para encaramarnos
a la cercana cuerda y ascender por ella a la cima del Santuy.
Llegados
a la arista, encontramos una senda, estrecha pero bien marcada, por la cual la
subida resultó cómoda, primero por una más que mediana pendiente y…
… luego
en el remate final del ascenso, casi horizontal.
Al llegar
a la cima del Santuy, apareció a nuestros pies el pueblecito del Cardoso y, más
allá, la Sierra del Rincón. Volviéndonos a la derecha, al…
… suroeste
podíamos ver los dos brazos del Guadarrama abrazar el Valle de Lozoya.
Siguiendo el giro, el…
… curso alto
del Jarama bajo la Sierra de las Cebolleras; el…
… Cerrón,
ya en este cordal; sigue la Loma del Picaño, dominando…
… el
Arroyo de las Canalejas, al otro lado de cual, se alza…
… la Loma
de la Dehesa, por la cual continuaríamos la excursión. Primeramente, por la accidentada
senda que va por la cuerda, hasta llegar a la pista que rodea el Santuy y
habíamos dejado antes. Reincorporados a la misma, seguimos al sureste y, al…
…
alejarnos, pudimos apreciar esta bonita perspectiva del Santuy y el Picaño.
Al otro
lado, a la derecha, seguíamos viendo la Sierra del Rincón. Por poco tiempo,
pues…
… no
tardamos en llegar a un hombro del cordal, donde la pista gira a la derecha
para bajar al Cardoso. Nosotros la dejamos aquí, tomando a la izquierda (NO) un…
… carril
más deteriorado, teniendo ante los ojos el Picaño hasta…
… entrar
en un pinar, en el que se habían colado algunos robles para dar color. En
suaves lazadas, descendimos a través del bosque que, aunque era muy denso, en
unas pocas ocasiones…
… nos
dejó ver imágenes tan sugestivas como ésta de la punta sureste del Picaño.
La única
incidencia reseñable en esta parte de la ruta fue esta bifurcación, aproximadamente
a media bajada, en la que continuamos por la izquierda (NE), por...
… un
carril que se fue estrechando paulatinamente, comido por la vegetación, hasta
quedar reducido al ancho del paso de una persona. Estrecho, pero suficiente.
Y, así,
llegamos al cauce del Arroyo de las Canalejas, que pasamos por un vado
preparado. Al otro lado, el camino, de nuevo relativamente despejado giraba a
la izquierda (O), remontando la corriente. No sé si sigue mucho o no, pues, cuando
el terreno a nuestra derecha (N) se presentó despejado y no demasiado empinado,
giramos y atajamos por el mismo, pues sabíamos que, a escasos 10 ó 15 metros,
pasaba…
… la
pista principal que recorre el valle. Al salir a la misma, vimos a nuestra
izquierda que unas nubes oscuras llegaban por encima del Santuy, pero no
parecía que la cosa aconsejara echar a correr, al menos de momento. Así que,
girando al otro lado (E), emprendimos…
… el
relajado tramo final de la excursión, descendiendo este barranco de las
Canalejas por este excelente camino, muy tendido, con bastante llaneo e incluso
alguna corta subida. Caminamos en principio por un corte entre los árboles y,
luego, …
… a
través del bosque, del que salimos…
… al paso
por el pequeño alto de Haza Triniesa, desde donde se veía así este vallo, bajo
los picos visitados.
Luego
volvimos bajo los robles y ya sólo salimos al llegar al Puerto de Bocígano.
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