Llerenes (1.895)

ASCENSIÓN DESDE SALAMÓN

POR LA CUERDA OESTE

El Pico Llerenes es una de las varias peñas calizas que rodean el Embalse de Riaño. Situada al este del mismo, como estribación norte de las Peñas Pintas, no destaca mucho estando a la sombra de tal gigante, pero constituye un buen mirador sobre ésta y otras montañas cercanas. Por lo demás, sus características son las propias de la zona, con una gran pirámide rocosa culminando vertientes de prado y matorral sobre los típicos bosques cantábricos de roble, tejo y haya, etc.

 

Desde Salamón, situado en la boca del valle que corre al sur de la cuerda que el Llerenes proyecta al oeste, se remonta en diagonal la ladera para alcanzar la arista a medio camino de la cumbre y seguirla hasta culminar. El descenso comienza bajando por la cara sur a la Collada de Anciles para regresar al pueblo descendiendo el valle.

Cuerda occidental Llerenes desde el suroeste, con la cumbre en el extremo derecho

SITUACIÓN:
ACCESO: La población de Salamón, perteneciente al municipio leonés de Crémenes, está situada en el noreste de la provincia, entre los cordales meridionales de la Cordillera Cantábrica; concretamente, en el valle del Río Dueñas, en el tramo que corre al oeste de los Montes de Riaño. Lo más fácil es aparcar junto a la Iglesia Parroquial; hasta allí, puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.061 / 1.895
  • Mi tiempo efectivo: 3h46
  • Mi tiempo total: 4h54
  • Dificultades: F. Varios pasos de I grado durante el recorrido de cresta, ninguno demasiado prolongado. Terreno incómodo por gran pendiente y guijarros sueltos en la primera parte del descenso.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Salamón por una senda que, por encima del límite norte del pueblo, sale al NE, remontando la ladera en diagonal hasta los prados de arriba y continua, como trazas de ganado, hasta El Fontrón. Proseguir la subida, aprovechando rastros cuando los hay y yendo por lo mejor cuando no, hacia el collado del Pico de las Fuentes. Cruzarlos y seguir la cuerda a la derecha (E), evitando por el norte (izquierda) las dificultades de la arista, salvo la última, la cima de cota 1.842, que se pasa por el otro lado. Una vez en el collado (1.816) al oeste de la cima, ganar directamente el Llerenes (F), siguiendo los hitos y la lógica.

Regresar al collado y dejarse caer a la izquierda (S), primero por hierba y más tarde por una mezcla de ésta y pedregal. En busca de paso fácil por las bandas de roca que cortan la ladera, hay que desviarse a media bajada hacia la izquierda (SE), hacia la Collada de Anciles, aunque se puede alcanzar el fondo del valle por debajo de la misma. Girar allí a la derecha (SO) para descender primero por la hierba, luego por senda y finalmente, a partir de la Fuente de los Pastores, por pista hasta Salamón.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Excursión corta, un tanto aventurera y muy variada por los diversos terrenos por los que se pasa. Si bien el Llerenes no llama la atención por su cercanía a Peñas Pintas, precisamente es eso mismo lo que le aporta el mayor atractivo a la ascensión, en forma de impresionantes vistas. Por otro lado, las dificultades son mínimas, pero superables por la mayoría de montañeros; es casi más difícil orientarse adecuadamente por el paso bueno cuando no hay senda ni señales (es decir, la mayor parte del tiempo), que las cortas trepadas que hay que pasar.

RELATO GRÁFICO:

Desde Salamón, se puede ver ya el pico Llerenes, al extremo de su cuerda oeste, cuajada de peñas. Desde esta bifurcación, donde se encuentran los itinerarios de ida y vuelta de esta ruta, empecé yendo a la izquierda (N). Y lo mismo hice en los dos siguientes desvíos, para salir del pueblo por ese lado, por detrás de un corral donde…

… encontré un camino, no muy claro, que cortaba en diagonal la ladera, ascendiendo hacia la derecha (NE). Y hacia allí me dirigí, con la mole de Peñas Pintas, que podía ver ahora enfrentada al Llerenes.

No tardé en encontrarme atravesando un joven robledal, del que salí a…

… los Prados Altos, desde donde podía ver atrás las casitas del pueblo en el fondo de este valle anónimo, rodeadas de una vegetación que empezaba a otoñar.

Entonces, los rayos del sol comenzaron a sobrepasar la cresta del otro lado, dorando el barranco.

A mi izquierda, veía cada vez más cerca la cuerda, mientras el camino se estrechaba hasta quedar reducido a una traza de paso.

Al otro lado, iban asomando al sur las crestas de los picos Jano y Cerroso.

Al pasar el Fontrón, la senda acabó de difuminarse, pero se encontraban rastros de ganado que seguían adelante; y, cuando no, proseguía el ascenso en diagonal procurando ir por la hierba, evitando obstáculos.

Mirando atrás, también al suroeste se iban descubriendo cordales; más allá del pueblo y las verdes lomas circundantes, la Camperona y el Relance en el horizonte.

Al final, fue inevitable afrontar alguna corta travesía de matorral. De ahí, seguí una terraza diagonal que pasaba bajo los canchos…

… del Pico de las Fuentes y…

… sobre un panorama vertiginoso de Las Hazas, que…

… me llevó a alcanzar la cuerda en el collado entre el mentado Pico de las Fuentes y…

… la anónima peña de cota 1.777, que la lógica mandaba rodear por el norte (izquierda). Atravesando la cuerda, que aquí es ancha, descubrí a mi izquierda…

… el valle de Cotoluengo, bajo el Pico de las Fuentes y resto de cuerda al oeste, con Ciguera allá abajo. Y, en el horizonte, un montón de montañas, entre las que distinguí las peñas de Valdorria, Polvoreda y Bodón.

Caminaba ahora por una rampa de hierba adosaba a las paredes septentrionales de la cresta, desde donde veía a mi izquierda…

… el Pico Castaño, con su cuerda oeste, paralela a la que me servía de guía.

La terraza acabó al pie de la cota 1.777, precisamente cuando volvía a ver la cumbre, ya muy cerca.

Continuar por el filo implicaba afrontar dificultades serias que preferí evitar continuando por el flanco izquierdo, aunque…

… al precio de un destrepe de unos 10 ó 12 metros, fácil (I), pero ciertamente expuesto y por terreno no tan seguro como me hubiera gustado.

Una vez abajo, volví a la arista en…

… el collado siguiente, de cota 1.762, que crucé para…

… rodear por el otro lado el último trecho de cuerda antes de llegar al collado oeste del Llerenes.

Allí, a 1.816 m de altitud, una mirada atrás antes de asomarme…

… al otro lado, donde se veía la Peña Cabezas; no así el Yordas, tapado por una nube. Sólo quedaba girar a la derecha (E) y…

… remontar la ladera que sostiene la cima. Al principio, busqué los pasillos de hierba entre placas por instinto, pero, cuando…

… comencé a ver hitos, me dejé llevar por ellos, alternando rampas herbosas y…

… breves trepadas fáciles (I) por buena caliza, hasta…

… la cima del Pico Llerenes.

Al norte, las nubes sólo me dejaban ver hasta el vecino Pico Castaño; nada del Mampodre, la Peña Ten, etc. que están por detrás. Más a la derecha, los…

… vapores también tapaban la cima del Yordas, y otros montes del entorno, aunque se llegaba ver el Espigüete al fondo. También, un trocito del Embalse de Riaño y el Gilbo, aunque la punta oriental se comía bastante perspectiva. No hay que dejarse engañar; en medio, hay una profunda brecha de gran dificultad. Lo que sí se veía bien, continuando con el giro, era…

… las Peñas Pintas, al sur, que casi no cabían en el objetivo.

Luego, al suroeste se veía Salamón en el fondo de su valle, bajo la cuerda occidental y, al otro lado de la misma, el…

… terreno que desciende hacia el valle del Porma y que despliega como un embravecido oleaje calizo en torno a Ciguera. Bueno, pues hacia allí comencé el retorno, bajando por donde había subido desde el collado oeste, pero sin llegar al mismo, pues…

… antes, los mismos hitos que me guiaron al subir me desviaron a la izquierda (SO), alcanzando más abajo…

… la canal meridional del collado, donde desaparecieron las señales. Pero era obvio que no tenía más que descenderla.

Perdidos unos cien metros de cota, el terreno se hizo pedregoso y se empinó, dejando ver abajo la Cabaña de los Pastores, a donde me dirigía. Pero también empezaron a aparecer escalones de roca cortando el paso. Así que, en lugar de bajar directamente, me desvié a la izquierda (SE), hacia…

… la Collada de Anciles, donde el paso parecía mejor. Aun así, hube de destrepar un par de veces, pero siempre pasos cortos y fáciles (I). Además, no tuve que llegar al collado; antes puede ir descendiendo más directamente, acabando en el amplio prado que se ve bajo Peñas Pintas.

Acabada la bajada (ahí se ve la zona de pequeños destrepes), giré…

… a la derecha (SO) para descender el valle que cae hasta Salamón, primero por la hierba del fondo, llevando a la izquierda…

… la arista suroeste de Peñas Piñas y, del lado contrario, …

… la cuerda oeste del Llerenes, más modesta, pero no menos bonita.

Llegando a la Fuente y Cabaña de los Pastores, me encontré, casi inopinadamente, pisando un camino, que…

… se transformó en pista poco después. El resto fue relajado, pero muy ameno; aparte del Llerenes, que quedaba atrás, fui…

… viendo constantemente bonitas combinaciones de vegetación y…

… roca surgiendo por encima, allí donde mirara.

Hasta que entré en el bosque, del que salí ya…

… bastante abajo. Mirando atrás, así se veía Peñas Pintas y…

… así el Llerenes y su cuerda oeste, mientras que por delante…

… aparecían cercanas las casas de Salamón

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