Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Llevaba tiempo pensando en subir al Risco de la Campana, pues me
pareció que, por su situación destacada del resto del macizo, sería un buen
mirador. Luego resulto que no; las vistas desde la cumbre son buenas, pero no
diferentes que desde otras cimas cercanas con más altitud y carácter. Pero,
bueno, sirva la jornada para completar colección.
Por otro lado, el acceso al canto más alto, marcado por un hito
que vi, pero no pude tocar, es demasiado difícil para superarlo sin
aseguramiento; al menos, lo es para mí. Con lo delicado que es afirmar estas
cosas sin haber catado la vía, no lo bajo de V grado: flancos verticales y
lisos, con sólo unas fisuras horizontales bastante separadas como apoyo; y eso
por lo más fácil, que, por otros lados, extraploma; demasiado para mí. Ahí
están las fotos.
Finalmente, como resumen calificativo, se trata de una actividad
bonita tanto por el panorama como por el entorno inmediato, pero no más que
otras del mismo sector de la Sierra de Candelario. Es aventurera, ya que no hay
sendas claras por encima de la laguna, ni a la ida ni a la vuelta. Se ven
hitos, pero las pedreras son pedreras y el matorral, matorral, aunque sepas por
dónde hay que ir. La excepción es el camino que va por la cuerda entre el
cancho cimero y el hombro al este de la punta oriental (2.044); no me explico
cómo acaba y termina así, sin ir ni venir de ningún sitio. Finalmente, debo
advertir que la ruta es más larga de lo que se esperaría por desnivel y
distancia, pues el terreno, más por incomodidad que por dificultad, va a ralentizar
la progresión. También, que lo que llamo Cabaña de Mingopérez, en realidad no
le he encontrado un nombre conocido; la llamo así por la cercanía a la portilla
homónima.
RELATO GRÁFICO:
Desde la
Central del Chorro, se ver éste junto a la tubería de conducción, abriendo un
surco entre dos riscos. Allí, tomé una senda que se dirige al suroeste.
El camino
parece dejar de lado el impresionante roquedo, pero eso es hasta llegar a…
… una
bifurcación, donde un cartel indica la dirección a la Laguna del Duque. Pues
buen; yo me fui al otro lado, a la derecha (NO), hacia donde se veía la
tubería, para…
… llegar
igualmente a la laguna por un itinerario sorprendentemente fácil que, equipado
con peldaños, pasamanos, etc., permite superar el gran cancho sin dificultad y,
con la roca seca como era el caso, sin riesgo.
Para
entonces, mirando atrás, podía ver la central en medio de la garganta,
mientras…
… ganaba
altura junto al torrente, que corre primero por unas placas muy empinadas, pero
que…
… se
superan sin problema usando las ayudas artificiales.
Luego, el
roquedo se tiende y viene un tramo en que el riachuelo ha formado un pequeño
cañón. El agua, la llevé siempre a la derecha hasta que…
… vi
aparecer unas crestas, concretamente del Canchal del Turmal, momento en que
crucé al otro lado. Poco después, culminé la subida y…
… pasé
junto a un pequeño refugio y llegué a la presa de la Laguna del Duque. Allí,
tomé hacia la derecha (O) la senda que bordea la masa de agua. Para esta ruta,
hubiera sido más práctico ir por el otro lado, pero me hubiera perdido
perspectivas tan bonitas como ésta del Turmal reflejándose en el embalse.
Enfrente, podía ver…
… la
misma senda y un torrente que baja a la izquierda de unos grandes canchos. Por
ahí iba a subir.
Antes,
tenía que llegar al fondo de la laguna, pasar…
… ante el
desvío que sigue remontando el barranco y…
… vadear
el Arroyo Malillo (éste) y otro chorro tributario aún más fácil.
… una vez
en la orilla sur, fui avanzando hacia la presa hasta estar…
… muy
cerca (sin llegar al mismo) el torrente que veía antes. Entonces, al ver un
hito a la derecha (S), giré en esa dirección y…
… comencé
a remontar la ladera, llevando cerca, a la izquierda este otro chorro anónimo,
mientras, al otro lado, se iba…
…
descubriendo paulatinamente el Arroyo Malillo. No había senda y, pese a los
hitos, resultó…
…
incómoda la subida por esta ladera de matorral y cantos. Eso sí, con una bonita
vista de la laguna abajo y…
… el
anaranjado llameante de los serbales poniendo algo de chispa este adusto
paisaje. Tras pasar un rellano, los hitos me llevaron a seguir subiendo justo a
la izquierda de ese risco, justo…
… al pie
de la pared, donde los bloques amontonados ralentizaban aún más la progresión.
Por esta
umbría vi unos cuantos carámbanos. Ya decía yo que, aunque no se veían hielo ni
escarcha, hacía frío.
Después
de superar el pedregal, entré en…
… un tubo
herboso más tendido, del cual salí al…
… extenso
rellano empradizado del Hoyo Malillo. A mi derecha, el canchal del Turmal y, al
otro lado del barranco, el Canchal de la Ceja, en lo alto del cual sí que se ve
algo de blanco.
Por
delante, hasta la Portilla de Galindo un suave cóncavo cubierto de hierba. Sólo
algo de matorral cerca de culminar.
Mirando
atrás, el hoyo Malillo desde arriba, con el Risco Gordo al fondo.
Al otro
lado de la Portilla de Galindo, se extienden el Valle del Jerte bajo la Sierra
de Tormantos. A mi izquierda (SE), se elevaba…
… el
Risco de la Campana. Hacia allí me dirigí, buscándome la vida para atravesar el
matorral, pues aquí ya no había hitos.
Fui
buscando huecos que, pasada media subida, se fueron haciendo más frecuentes
hasta…
… acabar el
matorral, unos 30 ó 40 m bajo cumbre, en el borde inferior de un gran
apilamiento de bloques. La trepada fue una cadena de cortas superaciones en
toda la gama del I grado, las mayores de las cuales llegaron a dos metros. Guiado
por la facilidad del paso, ascendí hasta el bloque más grande que se ve en lo
alto y lo rodeé por la derecha, encontrándome a mi izquierda con…
… una
especie de pasillo horizontal por el que pasé al flanco norte del risco, donde
volví a girar, ahora a la derecha, para…
… encarar
trepar (I) por el hueco entre los cantos superiores, desde el cual…
… sendas
superaciones verticales, pero con buenos apoyos (II), me permitieron
encaramarme a la segunda (la que se ve) y tercera (la que asoma a la izquierda)
puntas más altas del risco. La cima verdadera, que es la del fondo y tenía un
pequeño hito, queda fuera de mi alcance. En todo caso, no creo que el panorama
sea muy diferente.
Desde el
Risco de la Campana, se ven al norte, más allá del Hoyo Malillo, las tres cimas
más altas de la sierra; a saber, por orden de altitud y de derecha a izquierda,
Risco Gordo, Calvitero y Canchal de la Ceja. Siguiendo el giro, al otro lado
del…
… Arroyo
Malillo, el Canchal del Turmal y, pasada ya la cuerda, el…
… Valle
del Jerte entre los cordales de Tras la Sierra y Tormantos. Luego, el risco
cimero tapa un trozo y, pasado el mismo, los…
… tramos
occidental y central de la Sierra de Gredos, donde, pese a la distancia,
resultan llamativas…
… las
crestas del Circo de Gredos, con la Galana y el Almanzor bien reconocibles.
También, la roma Cabeza Nevada.
Acaba la
vuelta al noreste, donde un lomo casi horizontal y poblado de denso matorral se
proyecta hacia la punta oriental (2.043). Y parece surcado por un buen pasillo.
Comencé, pues, el retorno volviendo al pie del hueco o brecha entre bloques y destrepando
desde ahí en esa dirección, por…
… terreno
similar al de la subida (I). Mirando atrás una vez al pie del risco, así se ven
la punta más alta y las dos a las que pude subir. Y, efectivamente, vista desde
aquí, parece que el acceso a la cima tiene una dificultad considerable.
Mientras
caminaba por la cuerda hacia la punta oriental (2.044), dejé a mi derecha varios
…
… riscos
curiosos, tras loa que se desplegaban las crestas gredenses, destacando las de los
macizos del Circo de Gredos y…
… de la
Covacha, cuya cumbre se alza aquí entre las del Corral del Diablo y el Estecillo.
Al lado contrario, podía…
… ver la
gran masa rocosa del Canchal de la Ceja junto al Canchal del Turmal. Y, a mi
espalda, el…
… Risco
de la Campana, que quedaba atrás. Pasada la cota oriental, al llegar a…
… un
hombro sobre el que hay un canto, la traza que seguía acabó con la misma
brusquedad con que había aparecido al pie del cancho cimero. No me lo explico,
pero así es. Estaba rodeado de matorral denso y alto por todas partes, pero, a
mi derecha (SE) vi un murete de piedras que bajaba hacia un risco al pie del
cual el monte bajo clareaba. Empecé caminando junto a la valla, pensando que
habría hueco junto a la misma. Pero la menor resistencia del matorral (no sin
pelear, a veces con los piornos llegándome por encima de los hombros) me fue
haciendo derivar a la izquierda (E) hasta que acabé en ese otro hueco de hierba
y cantos que se medio ve en la foto. Allí, giré más a la izquierda aún (NE)
para…
… seguir
una terraza inclinada desde la que se veía, al fondo, la punta del Espinillo, junto
a la que pasaba la bajada prevista. El matorral era tan malo como antes, pero…
… estaba frecuentemente
interrumpido por praderas. Así, alternando pasajes buenos con…
… otros
muy incómodos, fui llegando al collado (1.926) del Espinillo, que crucé para…
…
descender al otro lado por la vaguada, donde un torrente abría un buen pasillo
en el matorral. Aquí también se alternaron trechos cómodos, aunque un poco
encharcados, con…
… pasajes
más estrechos y abruptos. Pero siempre encontré paso franco.
Hacia los
1.850 m de altitud, di con una cerca a la izquierda del torrente. Dejé de
seguir éste creyendo que sería más cómodo ir junto a la valla. Creo que me
equivoqué; aunque se veía traza, el piso era pedregoso y poco estable;
posiblemente, fuera mejor haber seguido por la hierba del cauce. Pues ambas
opciones hubieran acabado llevándome junto a la cabaña que se ve más abajo.
Frente a
la caseta, la valla se aleja hacia la derecha (E), posiblemente la Portilla de
Mingopérez que queda no lejos, más o menos a esta altura. Contrariamente a lo
esperado, no vi senda, así que continué descendiendo…
… por la
hierba junto al agua. Pero no tardé en…
… dar con
una senda, borrosa, pero que debe de haber conocido tiempos mejores a juzgar
por la marca que hace en la ladera. La tomé hacia la izquierda (O) y, ayudado…
… por hitos
en algún pasaje en que se perdía el trazo del todo, me fui dirigiendo hacia el
collado (1.638) del Cilliruelo. No lo alcanzaría, pues, bajo el mismo, mi senda
desembocó en otra más marcada y señalizada (se ven, abajo en la vaguada, el
trazo y la manchita blanca de un cartel), que tomé a la derecha (NE).
Este camino,
empedrado incluso en algunos sitios, es el mismo por el que había salido de…
… la
Central del Chorro, así que no tuve ya más que seguirlo para regresar al punto
de partida.
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